Taúlla

Y cuánto más cuesta sorprenderte por las pequeñas cosas, más sorpresas te llevas. Qué alegría poder conocer Taúlla, qué pasada de propuesta.

Disfrutamos con:
- Alcachofa frita, panceta ibérica y yema de huevo.
- Panigiri de atún rojo y guacamole.
- Ajo verde de pistacho con anguila ahumada y socarrat de tinta.
- Ravioli de pulpo con salsa de vermut.
- Níscalo, huevo y trufa.
- Oreja de cochinillo, ceviche de quisquilla y curry rojo.
- Magret de pato con salsa de regaliz, setas confitadas y pistacho.
- Tarta de queso.
Una elección de vinos por copas para acompañar.

En un antiguo molino de pimentón se encuentra este proyecto que nos ha dejado con la boca abierta (más a Marcos que fue solo). Para entrar tienes que tocar un timbre, el cual te lleva a la entrada del edificio histórico de dos plantas en las que Rodrigo juega con productos de temporada de los alrededores, creando cosas tan vistosas (y sabrosas) como las que ves en fotos.

El producto marca una carta repleta de platos que aparentemente pintan deliciosos y que cuando los pruebas, lo compruebas. Una apuesta mayoritariamente de creaciones individuales, que te permite pedir muchas cosas, como puedes ver.
No te puedes perder las alcachofas, claramente de la zona, el panigiri que es un plato típico de ellos o el ravioli que estaba delicioso. Como plato distinto nos quedamos con la oreja y de las raciones principales (que algunas las puedes pedir en medias raciones), este magret con regaliz es delicioso.

La sala funciona como un compás, rápida pero organizada. Es un local que suele estar lleno, perfecto para pequeños grupos y se nota que lo trabajan a la perfección.
La parte de vinos está estupenda, y de la mano de María Nadal. Ella supo leer la situación a la primera: aquí se disfruta mucho del bebercio, y saco cosas que creía perfectas para la ocasión, a estas cosas solo se puede responder con un ¡gracias!

Si el paladar es un músculo y se entrena, este es un gimnasio perfecto.
📅 Diciembre 2022.