Descripción

Fuimos por recomendación a este restaurante que debe su nombre a que se encuentra en la primera planta del primer edificio de la Gran Vía de Madrid. Ambientazo, decoración y calidad, a partes iguales.

Disfrutamos de:
- Pastel de queso y trufa.
- Buñuelos de bacalao (delante) y croquetas de lacón y huevo (detrás).
- Albóndigas de bonito.
- Lomo de Vaca escalopado.
- Tarta de queso.
Para maridar el homenaje disfrutamos de Almirez (Crianza 2017/D.O. Toro).

Al abrir la puerta descubres una preciosa recepción, con una gran escalera antigua y un enorme espejo maravilloso (si eres como nosotros, te costará no sacarte una foto en él). Una vez arriba descubres una sala decorada con mucho gusto, ambiente tenue y buena música para disfrutar de la velada.

En la carta todo tiene muy buena pinta y lo que nosotros comimos estaba buenísimo. Además, un punto muy a favor es que puedes elegir las cantidades de los platos (medias raciones o cantidad de unidades) y así poder probar muchas cosas. Otra de las cosas que nos encantó es que los primeros eran en un plato para compartir y los principales los separaron en dos platos, gran detalle que siempre nos gusta.

Habíamos leído muchas críticas y la tarta de queso se merece la publicidad que tiene, está buenísima, de las mejores que hemos comido.

La carta de vinos es amplia, quizás un poco subida de precios pero, date la vuelta y mira el local en el que estás, es normal… El servicio por lo general muy bien salvo en alguna ocasión, con poco cariño. Mención a parte para el metre que nos trató de lujo y nos ayudó muchísimo con la elección tanto de los platos como del vino.

La sala es grande, pero te recomendamos que reserves pues se llena. También puedes disfrutar en la barra, en la que preparan combinado y además, puedes comer.

Muy buena relación calidad/precio, sobre todo por el lugar en el que se encuentra.
📅 Diciembre 2019.

Localización

La Primera, Calle Gran Vía, Madrid, España

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